Algunos dicen que son lugares que uno debe conocer antes de morir. Lo cierto es que estos lugares bellos y esplendorosos son Patrimonio de la Humanidad, según la UNESCO, por lo que yo no perdería la oportunidad de conocerlos.
CATARATAS DE IGUAZÚ Las bellas y majestuosas Cataratas del Iguazú. Ubicadas en la frontera de Argentina y Brasil. El río Iguazú se desgaja en un sistema de cataratas con hasta 300 saltos que, entre islas y estruendas cortinas de agua, se desbordan estrepitosamente en esta porción de selva que une ambos países.
A las afueras del El Cairo, la necrópolis de Gizeh se adorna con las pirámides más perfectas de Kéops, Kefrén y Micerinos, construidas durante la IV dinastía del Antiguo Egipto por los Reyes que les dan su nombre. Sobre las arenas llama a todos a paladear el fabuloso entramado de vestigios faraónicos que el Nilo va tejiendo a lo largo de su cauce.

PETRA PAbandonada por los nabatos, Petra aparece como una visión onírica tras cruzar a pie, en burro o a caballo, el desfiladero del Siq que protege su entrada. Sus fachadas de aires grecorromanos labradas en las rocas del desierto hacen de ella una de las ruinas más románticas.
ACROPOLIS: Durante el llamado Siglo de Oro de Pericles, el V a.C., Atenas se convirtió en la cuna de la civilización occidental. El teatro, la filosofía o la democracia dieron sus primeros pasos junto a la roca sagrada de la Acrópolis, el símbolo de Atenas y de toda una cultura que, desde la alturas de sus templos, observa la ciudad entera vibrar a sus pies


LA ALHAMBRA Ciudadela, fortaleza y residencia de los sultanes nazaríes, la Alhambra de Granada y el Generalife luce como el legado más sublime de la cultura de Al Andalus. Cierto que, con los millones de personas que la visitan al año. Su refinamiento y su sensualidad siguen deslumbrando igual de inspiradores.
NUEVA YORK Sus calles y avenidas, trazadas a tiralíneas sobre la isla de Manhattan, parecen haberse transitado ya antes por lo mucho que se asoman en las pantallas. Museos, tiendas, galerías e iconos de una forma de vida que representa, como ningún otro símbolo, la Estatua de la Libertad, que se yergue en su bahía.
PARÍS A la capital más visitada del planeta le sobran razones para encandilar: los mejores restaurantes, las tiendas más coquetas .Un ambiente multiétnico y una oferta cultural inabarcable, pero, sobre todo, un descomunal centro histórico deliciosamente conservado y cuajado de rincones románticos que, barrio a barrio, ha cimentado la convicción generalizada de que uno no puede irse de este mundo sin haberla callejeando antes a conciencia
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